domingo, 21 de agosto de 2011

¿Pero en qué siglo estamos?


Indignada, sí indignada y me quedo corta a la hora de definir cada vez que hago zapping y me encuentro a este señor que dice ser  el Santo Padre. Antes de continuar con mis reflexiones quiero dejar claro mi respeto a todos los católicos. Mi crítica y mi no respeto va hacia la Jerarquía de la Iglesia, sí, a esa secta legalizada de la que por desgracia disfruta de demasiados privilegios. Sí de esa iglesia que mata, no os asustéis, mata cuando prefiere que miles de personas en países subdesarrollados mueran por el SIDA antes de decir que el preservativo es lo mejor que se puede usar para erradicar esta enfermedad sea o no desarrollado el país. Sí, mata porque tiene acciones en armamentos nucleares y también quiero recordaros que las tiene desde que se inventó el preservativo en una importante marca. Ahí están, los de la doble moralidad que quieren darnos lecciones. ¿Pero en qué siglo estamos? ¿Quién es este señor que hace una carrera y que luego por votación sale elegido como representante de Dios en la tierra? ¿Qué qué méritos hizo para encontrarse con tal título este ultraderechista? Sí,  él nos devuelve el infierno retirado por el anterior Papa y nos quita el limbo. ¿Pero que se cree este Sr, por llamarlo de una manera? ¿Que todos somos idiotas?
Mis respeto desde mi blog  a Cáritas, de la cual aunque mucho no pongan   la cruz  para la iglesia en la declaración de la renta, como ONG sí se lleva parte de esos impuestos. Pero aunque Cáritas haga buenas acciones, sólo aporta unos  granito de arena comparado con lo que podría hacer este Señor y su Jerarquía que podrían dar  una montaña.
Por favor hagan la próxima concentración de JMJ en Somalia y aprovechen a todos sus séquitos para que al menos vean la realidad, que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver, y que en vez de vacaciones den una palo al agua (si es que saben lo que esto significa) y entonces hagan iglesia de verdad y no botellonas.


“La religión es un insulto para la dignidad humana. Con o sin ella, habría buena gente haciendo cosas buenas, y gente malvada haciendo cosas malas, pero para que la buena gente haga cosas malas hace falta religión.”
Steven Weinberg

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